viernes, 24 de junio de 2022

 Bases científicas de la terapia cuántica

 

  

La medicina vibracional (o terapia cuántica) es una de las más antiguas que existen, ya que tribus indígenas del Amazonas y de otros lugares del mundo la conocen y utilizan desde antiguo (recogiendo el rocío de la mañana acumulado en ciertas plantas, donde está la información vibracional de cada planta y, por lo tanto, todas sus propiedades físicas más todas las energéticas, que siempre superan a las del remedio físico elaborado con dicha planta). Este es el método que redescubrió el reputado homeópata galés Edward Bach, dando nombre a sus propios 38 remedios vibracionales tras dejar la homeopatía al comprobar su mayor eficacia. El Dr. Bach pasó el resto de sus días en la campiña, viviendo humildemente e investigando en sí mismo con las plantas de la zona. Padeció dos tipos de cáncer y ambos se los curó a través de dichos remedios vibracionales.

 

Por otro lado, los monjes budistas llevan siglos limpiando de frecuencias vibracionales nocivas las estancias de sus viviendas y monasterios con un método muy parecido al de mis circuitos cuánticos.

 

Más recientemente, tenemos referencias y estudios del Dr. Masaru Emoto, que ya había sentado las bases científicas de la terapia cuántica o vibracional en su libro “Los Mensajes del Agua”. También Ervin Lászlo, Doctor en Filosofía de la Ciencia con cuatro doctorados honoris causa, está publicando escritos sobre lo que él denomina el Campo Akáshico, es decir, la información vibracional a la que yo llevo años accediendo a través del testaje bioenergético.

 

La acción de una esencia vibracional no se puede medir a nivel químico, como si fuera un medicamento, pero sus efectos se pueden fotografiar con un microscopio de campo oscuro (ver imagen abajo).

 

La eficacia de actuación de la terapia cuántica se ha comprobado científicamente, constatándose que funcionan según las leyes de la física subatómica o física cuántica y admitiéndolas la OMS como sistema curativo válido en el año 1976.

 

El cambio tras una sesión de terapia utilizando el testaje bioenergético y los remedios de terapia cuántica es inmediato. Las fotografías muestran la saliva de tres personas distintas antes y después de realizar uno de los enfoques de equilibrado que incluye el método. Las fotos se hicieron con un microscopio de campo oscuro en la Universidad de Stuttgart (Alemania), durante el proyecto de investigación Apolo sobre el agua y los efectos de algunos remedios vibracionales prescritos a través de esta técnica.

  

 Antes                          Después

 

La terapia cuántica es tan potente que los resultados del proceso de equilibrado que provoca en la persona o el animal son permanentes si se acaba el tratamiento. Las fórmulas sanan todos los miedos, prejuicios, adicciones, etc. conscientes e inconscientes, y por lo tanto todas sus consecuencias (lo que llamamos enfermedades físicas) tanto en personas como en animales. 


FUNDAMENTOS DE FÍSICA CUÁNTICA

Y SU CONEXIÓN CON LA METAFÍSICA


Partículas elementales (cuantos)

Son partículas mínimas de diverso tipo según el campo que las contiene: en la luz son los fotones, en un campo gravitatorio son los gravitones, y en la materia no son los átomos, sino 6 leptones y 6 quarks.

Los átomos, partículas más grandes que los leptones y los quarks, tienen un núcleo, protones de carga positiva, neutrones sin carga y electrones que poseen carga eléctrica y masa y que giran alrededor del núcleo. Este movimiento es el que desprende energía o vibración. Los leptones y los quarks tienen masa.

Los fotones que componen la luz no tienen masa ni carga, pero transportan energía electromagnética, que puede ser visible (por ejemplo en las auroras boreales) o invisible, por ejemplo un pensamiento.

Los cuantos son paquetes de partículas descubiertas cuando Einstein confirmó la teoría de Plank de que la luz no existe de forma continua, sino en dichos conjuntos de partículas.

Recientemente se ha descubierto otra partícula elemental, llamada bosón de Higgs o Partícula de Dios, que es la que forma el campo de Higgs. El campo de Higgs es un continuo, descubierto en los años 60 por varios científicos simultáneamente, que se extiende por todo el espacio. Es la existencia del bosón de Higgs la que explica cómo las demás partículas pueden adquirir masa. Cuando al menos un bosón de Higgs interactúa con quarks, leptones o con otros bosones, éstos adquieren masa. Las partículas más ligeras se mueven con más facilidad por el campo de Higgs, mientras que las más pesadas “friccionan” más. El bosón de Higgs no puede detectarse directamente, ya que una vez que se produce se desintegra casi instantáneamente en otras partículas que el acelerador de partículas del CERN (Organización Europea para la Investigación Nuclear) sí puede detectar (protones, neutrones, muones, etc.). Parece ser que el bosón de Higgs es la partícula más sutil, es decir, la que hace de puente entre energía (en forma de ondas) y materia (partículas).

Onda o partícula

A través del experimento de la doble rendija, los físicos cuánticos demostraron que las partículas elementales se comportan en principio como onda, es decir, como energía latente que no se ha materializado. Curiosamente, al ser observadas es cuando las ondas se materializan en forma de partículas, lo que se ha llamado “colapso de onda”. Esto primero se probó con fotones, pero luego se descubrió que los electrones y el átomo entero, incluso cuando está agrupado con otros en forma de molécula, también se comportan así, alterando su naturaleza en función de si están o no siendo observadas, y comportándose como ondas o como partículas, aunque nunca como ambas cosas a la vez.

El proceso creativo

Este descubrimiento fue la primera prueba científica de que nuestra simple observación de la realidad transforma dicha realidad, que hasta ahora creíamos que tenía una existencia y funcionamiento totalmente independientes de nosotros, y que sólo podíamos percibirla pero en ningún caso interactuar con ella en un proceso de creación. Esta es la conexión entre ciencia y metafísica, ya que ahora tenemos pruebas científicas de que tenemos una cierta capacidad de transformar e, incluso, de crear realidad a través de nuestros pensamientos (imaginación, visualizaciones, etc.), de la oración,  de nuestros deseos…

Pero para que se produzca creación y la energía tome forma de materia, ya sea a nivel de creación del Universo o a nivel de la materialización de un deseo, partiendo de la base de que los pensamientos y los deseos también son energía, ha de intervenir en el proceso una conciencia que no sólo sea observadora neutral de la realidad, sino que posea una intención, una voluntad que colapse las ondas de energía que se extienden por todas partes, y que implican infinitas posibilidades, en una materialización concreta.

El concepto energético de Dios

Obviamente no somos nosotros los que hemos creado el Universo existente, por lo que la siguiente deducción lógica es que el Universo como entidad energética posee su propia conciencia, superior a la nuestra por ser mucho más amplia, que es el equivalente científico al concepto de Dios, y que es la misma entidad energética aunque se la llame de formas distintas según las diferentes culturas.

Esta conciencia energética es la que forma lo que en física cuántica se denomina campo de Higgs, formado por las Partículas de Dios (bosones de Higgs). Cuando alguna onda del universo inherente interacciona con el campo de Higgs es cuando se produce el colapso de onda y la materialización correspondiente. Si lo que interactúa con el campo de Higgs es una partícula, ésta ganará masa, es decir, su frecuencia vibracional descenderá y la partícula se hará más densa.

Esta conciencia también tiene una memoria, que es la información vibracional universal (lo que el científico Ervin Laszlo denomina campo akáshico). Esa memoria energética contiene absolutamente todos los deseos, pensamientos y acciones transcurridos hasta ahora, ya que nada se borra de ese registro.

Es la conciencia la que materializa algunas de las ondas que forman el mar infinito de posibilidades que los científicos llaman universo inherente, es decir, el que está latente pero aún no existe por no estar materializado. El universo inherente, como conjunto de infinitas posibilidades de materialización, es omnipresente y eterno, es decir, se extiende por todo el espacio-tiempo y forma parte, como todo lo demás, del concepto de Dios.

De hecho, en uno de los descubrimientos científicos más sorprendentes de la historia se ha demostrado que las partículas elementales, incluyendo aquellas con masa, pueden estar en varios sitios al mismo tiempo o trasladarse dando saltos cuánticos.  Eso sí, cuanto más masa tienen las partículas de materia menos capacidad tienen de efectuar dichos saltos cuánticos, lo que explicaría por qué nuestro cuerpo no está en varios sitios a la vez mientras que nuestra alma sí que existe en varios planos simultáneos de realidad para que nuestra conciencia se vaya enriqueciendo con las experiencias vividas en más de un plano simultáneamente. Esta propiedad, llamada función de onda y simbolizada con la letra griega psi, ha dado origen a la teoría, cada vez más confirmada, de los multiuniversos paralelos y, por lo tanto, de las vidas paralelas que hace tiempo que se tienen en cuenta en metafísica. Una vez más, otra creencia metafísica se confirma con las investigaciones científicas actuales en el campo de la física cuántica.

Así, podríamos definir a Dios de forma científica como una entidad energética que contiene en sí misma una conciencia, una memoria, un universo inherente de posibilidades infinitas y, de hecho, todas las demás formas energéticas, descubiertas o no descubiertas hasta ahora, y que además tiene las propiedades de la omnipresencia y la eternidad, ya que trasciende el tiempo-espacio tal y como lo conocemos en este plano de existencia.

Capacidad creativa

Según el grado de conciencia que tenga un ser, su capacidad de colapso de onda, es decir, su capacidad de influir en la realidad, de transformarla y de crearla, será superior o inferior, según sea un objeto inerte (capacidad 0), una planta, un animal, una persona o una entidad metafísica que ya ha trascendido la materia, hasta llegar al 100 % de capacidad creativa exclusiva de la entidad energética que llamamos Dios. De hecho, la frecuencia vibracional de los distintos seres también depende de su grado de evolución espiritual. Los seres inertes (por ejemplo las piedras) poseen una energía más densa porque su frecuencia vibracional es más baja. La frecuencia va aumentando conforme pasamos sucesivamente a plantas, animales (más o menos evolucionados a nivel espiritual), personas (más o menos evolucionadas a nivel espiritual) y, por último, las entidades metafísicas, cuya frecuencia vibracional es tan alta que, suponiendo que en algún momento hayan estado materializadas, ya han dejado atrás la materia (sus partículas han vuelto a transformarse en partículas vibracionales).

Esta actuación sobre la realidad viene limitada, además, por la interacción de unas conciencias con otras, igual que se interfieren las ondas creadas por dos piedras que caigan al agua. Recordemos que los pensamientos, los deseos, etc. también son energía que se comporta como ondas, por lo que interferirán unos con otros. Esto se demostró en el mismo experimento de doble rendija mencionado antes.

 


La función de onda también demuestra que para la energía sutil (la menos densa) no existe el tiempo ni el espacio (las distancias), con lo que quedan explicados a nivel científico fenómenos como la telepatía, las Constelaciones Familiares, etc. (1).


 

(1)   En mi caso particular como terapeuta naturópata, en Abril del 2016 empecé a enviar a distancia la energía de los remedios vibracionales, como paso lógico siguiente a poner dichas esencias bajo la almohada del  paciente para que la vibración le llegara no sólo cuando las toma, sino durante todas las horas de sueño. Así, el radio de acción vibracional de estas esencias, que yo había establecido en medio metro, queda superado por estos tratamientos a distancia y se hace infinito. Además, he comprobado que la energía enviada afecta también al entorno del paciente, provocando cambios positivos en las personas y / o en los animales que le rodean.


De hecho, el espacio-tiempo es tan sólo un concepto inventado por la mente humana para entender y medir de forma limitada conceptos más abstractos para ella, como la omnipresencia y la eternidad. Cualquier energía sutil, ya sea un pensamiento, una visualización (imagen de un pensamiento), un deseo, una oración, etc., en su forma de onda energética puede ser transmitida a distancia y también materializarse, lo cual nos permite, entre otras cosas y con las técnicas adecuadas, hacer realidad nuestros deseos.

En Diciembre del 2017, gracias a la luz de una estrella, los físicos demostraron la ley del entrelazamiento cuántico, según la cual dos partículas pueden estar conectadas y compartir información aunque estén separadas por millones de años luz. Esto explica que en mi trabajo pueda acceder, con las técnicas adecuadas, al campo akáshico (la información vibracional universal que he mencionado antes) y hacer tratamientos a distancia (envío de energía curativa a distancia), testaje bioenergético de pacientes a los que ni siquiera he visto, obteniendo datos concretos de sus afectaciones emocionales, físicas y energéticas, sus causas, etc., ya que para la energía no existen distancias porque trasciende la dimensión de espacio-tiempo.

Cuando soñamos entramos en un plano energético. Al dejar el cuerpo físico atrás, el alma, que se comporta no como partícula sino como onda, puede dar saltos cuánticos y dominar el espacio-tiempo. Por eso en los sueños no hay tiempo ni distancias y nuestra capacidad creativa aumenta respecto a la que tenemos despiertos, con lo que podemos hacer cosas que en nuestro plano existencial nos son imposibles (por ejemplo volar).

El científico Niels Bohr fue el que descubrió que, cuando los electrones pierden toda su energía, no dejan de girar alrededor del núcleo del átomo y se estrellan contra él, sino que hay un determinado número de rutas orbitales que los electrones pueden ocupar, y cuando pierden energía van pasando en saltos cuánticos a orbitales cada vez más pequeños, hasta alcanzar un nivel orbital mínimo por debajo del cual ya no pueden ir. Las mismas leyes rigen en la evolución espiritual (energética) de los seres. Cuando una persona aprende y su conciencia aumenta, aumenta también su frecuencia vibracional, con lo que los electrones de sus átomos trazan orbitales cada vez mayores porque ganan energía. Por lo tanto, esa persona emitirá más energía y su capacidad de influencia sobre la realidad será mayor. El punto álgido de este proceso energético-espiritual sería el que tuvo lugar con la resurrección de Jesús, cuya frecuencia vibracional fue aumentando hasta el punto de trascender el estado material y pasar de partícula (cuerpo) a onda (energía).

En el proceso inverso, si hay un desequilibrio u enfermedad, sea de manifestación física, emocional o psicológica, esto implica una falta de aprendizaje. En ese caso la frecuencia vibracional de la persona baja, y la persona y los electrones de sus átomos perderán energía, con lo que la capacidad creativa de la persona disminuirá.

Consciente / inconsciente

Los científicos también han demostrado que sólo 50 de los 11.000.000 de bits de información administrados por el cerebro humano corresponden a información consciente. De ahí la importancia de la terapia vibracional (en particular de las esencias vibracionales y del Reiki) como herramientas que nos permiten acceder directamente a esos 11.000.000 de bits de actividad cerebral inconsciente para sanar en profundidad sus desequilibrios.

De hecho, se ha demostrado que el cerebro toma las decisiones, juzga la realidad, etc. con la parte inconsciente antes que con la consciente, y que muy pocas de esas funciones y tareas llegan realmente a ser percibidas por el consciente. Eso explica que no percibamos la mayoría de actos y vivencias que experimentamos a lo largo del día, ya que nuestro cerebro funciona como un piloto automático, no sólo a nivel de regulación de respiración y otras actividades físicas, sino también a nivel de percepción de la realidad y toma de decisiones.

Nuestra conciencia no sólo percibe el mundo a través del inconsciente con ½ segundo de retraso respecto a la realidad en sí, sino que lo que percibe es una realidad deformada por la percepción y la memoria, que alteran constantemente los estímulos exteriores creando una reconstrucción de la realidad propia de cada persona. Naturalmente, esto afecta también a la imagen que la persona tiene de sí misma, habiendo una diferencia más o menos grande entre su personalidad y su forma de ser real, registrada en su alma o Ser Superior. La conciencia sólo vive en el momento presente, y es la memoria la que crea la falsa ilusión de que la conciencia y, por lo tanto, la personalidad de la persona, es continua.

Sin embargo son los 50 bits de conciencia los que nos permiten planificar, observar el universo, entenderlo y dominar algunos de sus elementos.

La información, tanto consciente como inconsciente, se procesa en las neuronas, pero no necesariamente en el cerebro, ya que el órgano con un número de neuronas muy superior a las que tiene el cerebro es el intestino grueso, que en medicina china (en la que está basada la Biosinergia, que es una de las técnicas que yo utilizo) es el órgano de la intuición. A continuación en orden de cantidad neuronal vendrían las del cerebro, y por último las neuronas del corazón.

Curiosamente, las neuronas también se comunican a distancia, ya que están separadas unas de otras.

La teoría de las cuerdas y la terapia vibracional

La teoría de las cuerdas es una de las últimas formulaciones de la física cuántica. Se cree que las partículas materiales, hasta ahora consideradas como puntos, son en realidad estados vibracionales de un objeto unidimensional extendido más básico, llamado cuerda o filamento. Según esta propuesta un electrón, por poner un ejemplo, no sería un punto sin estructura interna sino un conjunto de cuerdas minúsculas con forma de lazo que vibran en una dimensión superior al espacio-tiempo de tres dimensiones al que estamos acostumbrados y en el que nos movemos cuando estamos despiertos[1]

Esta teoría explicaría perfectamente el funcionamiento de la terapia vibracional (Flores de Bach y otras esencias florales, esencias vibracionales de piedras curativas, cuencos de cuarzo, Reiki y otros remedios). La eficacia de actuación de las esencias florales (las más conocidas y estudiadas son las Flores de Bach) se ha comprobado científicamente, constatándose que funcionan según las leyes de la física subatómica. Es decir, la frecuencia vibracional propia de cada esencia o fórmula modifica la del paciente en un determinado sentido, según la esencia o esencias empleadas, corrigiendo así desequilibrios de cualquier tipo (emocional, psicológico, físico, electromagnético, genético….).

Si un electrón fuera un punto o partícula sólo podría moverse en tres dimensiones. Pero siendo un conjunto de cuerdas minúsculas en forma de lazo, una partícula aparte de moverse puede oscilar de diferentes maneras. Dependiendo de cómo oscile, a nivel microscópico veremos un electrón, un fotón, un quark o cualquier otra partícula.

Según los científicos Jöel Scherk y John Henry Schwarz, el basar la física cuántica en objetos unidimensionales o cuerdas en vez del concepto anterior de punto-partícula explicaría entre otras cosas la fuerza gravitatoria. 10 años después, en 1984, la primera revolución de supercuerdas

 

Niveles de aumento de la materia


1.      Materia

2.      Estructura molecular

3.      Átomos

4.      Electrones

5.      Quarks

6.      Cuerdas

 


 

Así, las interacciones en física cuántica ya no tendrían un “desplazamiento lineal” en líneas espacio-tiempo (izquierda), sino de cuerda cerrada sin extremos y con forma tubular (derecha).




[1] Recordemos que en sueños pasamos ya a cuarta dimensión y desaparecen el tiempo y el espacio, tal y como he comentado en el apartado “capacidad creativa”. Actualmente se cree que en total hay tres dimensiones de espacio (las tres coordenadas de cualquier localización), una correspondiente al tiempo, y 7 más que están compactadas y que, de momento, no son observables).

  Bases científicas de la terapia cuántica      La medicina vibracional (o terapia cuántica) es una de las más antiguas que existen, ya que ...